miércoles, enero 24, 2007

Daños

Damnificar: (Del latín damnificare) causar daño.

Pensaba yo que podía ser un burrismo (barbarismo, de aquello que decían los romanos sobre los extranjeros a su imperio) procedente del inglés, pero damn significa maldicón, así que en principio no podría ser; en todo caso un false friend, o término cuya traducción es engañosa por su parecido morfológico a otra palabra.

Dándole otro enfoque, esta vez fonético, pocas palabras hay más feas en nuestro idioma. Esa M con una N detrás se hacen incómodas de pronunciar y aún peor de escuchar. Así que podríamos someterla a un pequeño cambio.

Desde aquí, desde esta Swikipedia, proponemos que a partir de ahora la palabra esta sea dañificar; más fácil de pronuciar, más bonita y con una relación más estrecha de significado y significante.

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Agonía

Gota a gota la vida salía de él, la muerte y su cuerpo se iban fusionando y conformaban un uno muy compacto, como si hubiesen estado conviviendo toda la vida, como un matrimonio de autralopitecus que aún viviesen. Al sol, en la solitaria cubierta, dejaba que el astro rey le torrase el cráneo, así como un pavo de navidad, su interior se iría secando y poco a poco, muy lentamente y despacio, dejaría de pensar, dejaría de sentir, dejaría de exsistir pero aún estaría ahí, como una estatua de sal, como Lot a la salida de Sodoma.
Una ola le sacó de esa especie de letargo en que se encontraba y lo arrastró hacia adentro y hacia abajo. El calor anterior se tornó súbitamente en un frío glaciar; una mañana soleada de invierno no podía calentar el agua del mar y menos a esa profundidad.
Luchaba por ascender y el rebufo de la ola lo arrastraba hacia abajo y más abajo. Sintió la angustiosa opresión de los pulmones tratando de luchar con sus desenfrenados intentos de no inhalar esa bocanada fatal de agua salada que le inundaría los pulmones y lo llevaría a la muerte.
Y era paradójico. Eso mismo era lo que llevaba buscando desde hacía un buen rato, realmente mucho mas que un rato, una vida prácticamente entera. Pero ahora que lo tenía al alcance de la mano, lo rechazaba con toda la fuerza que le quedaba, que se le iba poco a poco...


Extraído con permiso de "En el mar y más allá" de James P. Oldtown.

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viernes, enero 05, 2007

Novedades en el blog

Estamos de estreno en el blog.
Nos hemos pasado a la nueva versión de nuestro anfitrión blogger y esto supone una mejora: el uso de etiquetas para las entradas, de manera que las que sean de la misma naturaleza se podrán agrupar y consultar, por tanto, juntas.
Y la segunda novedad es que hoy estrenamos nuevo correro electrónico para este blog, a través del cual podréis contactar con la redacción de esta bitácora directamente si es para un asunto que no porceda escribir en los comentarios de los textos y también abrimos una lista de distribución para quien quiera estar informado de las actualizaciones.


elmapadelespacio@gmail.com

Nota de la redacción: Apuntarse a la lista de distribución no supone rellenar ningún formulario, ni por descontado, tener que pagar nada.

Un encuentro algo inesperado

"... sabía que terminaría por aparecer, porque alguna vez, en algún otro lugar, me había parecido oirla. Siempre me preguntaba por qué podía estar en otros sitios y no en éste, cuando no difería para nada de los demás, podría sentirse como en casa.
Pero ayer vino a verme. No la esperaba, pero tampoco me resultó extraño encontrármela allí. Mas no fue del todo como la había imaginado. Pese a que era completamente natural su comportamiento, no era exactamente igual que las otras veces en que la había visto.
Era feroz, fuerte, profunda, salvaje y animal; como un rock suave..."



Extraído con permiso de "Aves de interior" de James P. Oldtown.

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