miércoles, julio 13, 2005

Espías

Tras largos años de experiencia en los servicios secretos, además de correr miles de aventuras, cumplimentar misiones arriesgadas, segregar adrenalina en situaciones extremas, sudar polvo y contraer conjuntivitis, he adquirido unos conocimientos muy útiles en algunos casos para la vida normal y cotidiana.

Podría contaros cómo nos adiestraban para beber sin límite y no emborracharnos, pero entre que el sueldo medio del espía no da para pagar muchas copas y que todos bebemos para lo que bebemos, no le encuentro interés. También nos formaron en cómo tener contactos con agentes enemigas y no dejarnos seducir por ellas de ninguna manera -aunque parewciese que sí- para no desvelar información confidencial en algún momento de debilidad calzonacil, pero esa semana falté a clase y nunca me llegué a enterar bien.

Otro conocimiento de utilidad a compartir podría ser cómo desbloquear el PIN de un móvil, pero resulta que no recuerdo dónde tengo apuntado el de mi teléfono, así que no podríais llamarme para preguntar.

Pero para que no os vayáis de vacío tras leer este texto de hoy, os voy a contar métodos para saber si alguien ha estado hurgando en vuestras cosas.

  • Colocando varios trozos de terrones de azúcar debajo de la alfombra sin hacer un bulto notable podréis saber si alguien ha estado allí si los encontráis aplastados.
  • Para comprobar si han abierto los cajones, cerradlos perfectamente alineados pero sin meterlos hasta hacer tope dejándolos algunos milímetros fuera.
  • Un pelo pegado con saliva desde el marco a la puerta del armario puede advertirnos si alguien ha fisgoneado dentro.
  • Un granito de arena o sal sobre la tapa de un libro, diario u ordenador portátil se caerá si son abiertos.
  • Un poco de talco cuidadosamente colocado sobre las teclas de un ordenador podrá delatar que haya sido usado por manos no autorizadas.
  • Una moneda en el forro de la tapa de una maleta se deslizará hacia el extremo de las bisagras en cuanto alguien trate de mirar en el interior.

Espero que os sean de utilidad, mis aprendices de Perry Mason.


Nota del autor: Sé perfectamente que Perry Mason no era espía, sino detective.

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Jajajajajaja...No tiene desperdicio, yo también soy agente secreto...coincidiríamos en la academia??? Jajajajajaja...
Besos secretos...

11:26 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Anda que... eso me hubiera servido en la adolescencia!
Tete, qué cosas tienes... Mis enanos de jardín y yo, te invitamos a "desde parís, con amor"
Muuuuuuacks

1:45 p. m.  

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